Es de vital importancia
contrarrestar desde el punto de vista físico las reacciones ante el estrés. El
hábito de hacer ejercicio regularmente, reduce considerablemente los signos del
estrés. Por otro lado la práctica de la relajación y la meditación son otras
potentes herramientas para detener la producción de las hormonas relacionadas
con el estrés facilitando el equilibrio natural de nuestro cuerpo. Todo esto
apunta a que ante situaciones de estrés podamos anteponernos y tener recursos
para poder combatirlo.
El aspecto psicológico se basa en
desarrollar una percepción y comprensión de uno mismo y de los factores
desencadenantes del estrés. Poseer una sana autoestima, reconocer los rasgos
positivos de uno y asumir con naturalidad los que no lo son tanto, incidirá en
cómo actuamos frente a las situaciones de estrés, por lo que iniciar un camino
introspectivo posibilitará el manejo de experiencias estresantes a la vez que
permitirá que evolucionemos a nivel personal. Por otro lado repercutirá
también en generar relaciones interpersonales saludables y perdurables.
El último aspecto que nos gustaría
abordar es el espiritual. Como hemos hablado con anterioridad encontrar un
propósito en nuestra vida, tratar de darle un significado positivo a nuestra
vivencias genera que atraigamos energía saludable a nuestras vidas, sensación
de paz y equilibrio. Liberarnos de las emociones y pensamientos negativos es la
manera más saludable de enfrentar el estrés y sus consecuencias. Por lo que
generar un cambio en nuestra conciencia hacia un camino más trascendental es el
camino para nuestro bienestar y hacia a la forma en la cual vemos y sentimos el
mundo.
Fuente “Eliminar el estrés”, de Brian
Weiss. Ediciones B, Novoprint, Barcelona 2014.
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